jueves, 29 de septiembre de 2011

Criaturas mitologicas



Algunas criaturas, como el dragón o el grifo, tienen su origen en la mitología tradicional y se creía que eran reales. Otras se basaron en criaturas reales, originándose en confusas historias de viajeros, como el Cordero vegetal de Tartaria, que se suponía era un cordero que crecía atado a la tierra, tratándose en realidad de un tipo de helecho. El tradicional unicornio puede derivar de la tergiversación de historias acerca de rinocerontes y/o narvales. Pueden encontrarse ejemplos de criaturas legendarias en los bestiarios medievales.
Algunas criaturas míticas son híbridos, una combinación de dos o más animales. Por ejemplo, un centauro es la combinación de un hombre y un caballo, el minotauro, un hombre y un toro y las sirenas, mitad mujer y mitad pez. No siempre existía la intención de entenderlo como yuxtaposiciones literales de partes de distintas especies. Debido a la falta de un vocabulario morfológico, los eruditos y viajeros medievales intentarían describir animales inusuales mediante la comparación punto por punto con otros familiares: a la jirafa, por ejemplo, se le llamó camelopard y se pensaba que era mitad camello y mitad leopardo. Al propio leopardo se le bautizó con ese nombre porque se pensaba que era mitadleón (Latín: "leo") y mitad pantera (latín: "pardus"). Esta etimología se ha mantenido hasta el presente, a pesar de sus inexactitudes zoológicas.

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